Lenguaje

Flores de plástico en el río, muros que se derrumban, contenedores oscuros, osos de arena: el arte efímero copó la Bienal del Chaco

A la par que se desarrolla la competición oficial que culmina este sábado, artistas invitados marcan tendencia con sus obras pasajeras.

Mientras diez escultores de todo el planeta manipulan la sierra eléctrica, le dan forma a un bloque de mármol y compiten por el primer lugar en la Bienal del Chaco, también conocida como Bienal Internacional de Esculturas del Chaco, otros artistas invitados marcan tendencia con sus propuestas de arte efímero en distintos puntos del Parque 2 de Febrero, el gigantesco predio que en la ciudad de Resistencia alberga este acontecimiento cultural, el más importante del mundo a cielo abierto para el arte escultórico.

Sobre el Río Negro, que limita el Parque hacia uno de sus lados, la chaqueña Fabiana Larrea sorprende con tres grandes flores de plástico blanco ubicadas en medio del agua. Con una propuesta que recuerda un poco a la instalación artística del italiano Michelangelo Pistoletto sobre el Riachuelo en el marco de Bienalsur 2019, Larrea convirtió plástico recuperado de Resistencia y alrededores en flores efímeras que flotan sobre este espejo de agua. La obra se llama El ciclo de las cosas y su ciclo terminará con el fin de la Bienal: el plástico será removido del río y reciclado nuevamente.


Las flores de plástico antes de ser ubicadas en el Río Negro. Bienal del Chaco 2022. Gentileza

La artista, nacida en Puerto Tirol, una localidad taninera a 20 kilómetros de la capital provincial, creció viendo pasar los camiones que transportaban madera de Quebracho Colorado del valioso Impenetrable. Es decir: creció con el desmonte del Bosque Chaqueño.

“Siempre pienso que la gente tiene dos opciones. O queda anestesiada y no le pasa nada; o queda en la impotencia como me pasaba a mí. Así que decidí tomar las herramientas que me daba el arte como dispositivo de pensamiento para usarlas y a partir de allí ponerlas en diálogo con la gente. Y la Bienal del Chaco me daba masividad, una llegada a un público más grande para poder hablar de estas cosas”, cuenta Larrea a Clarín Cultura.

Para poder tejer estas tres flores flotantes y efímeras, una fábrica (Inplástico) se instaló a orillas del Río Negro y fabricó para Fabiana una tonelada de plástico recuperado. “Invito a la gente a hacer florecer el paisaje a partir de los elementos que antes estaban tirados, porque siempre diseñamos el paisaje de una manera inconsciente. Entonces, es una invitación a pensar la manera en que diseñamos el paisaje”.


“El ciclo de las cosas”, la instalación efímera de Fabiana Larrea en el Río Negro. Bienal del Chaco 2022. Gentileza

También chaqueño, Juan Sorrentino es un artista sonoro, lo que en parte significa que su pensamiento es sonoro. Formado en Composición Musical, sus piezas e instalaciones mezclan lenguaje sonoro con lenguaje poético e imaginación. En esta Bienal del Chaco, presenta Derrumbe, una instalación sonora o más bien un muro vibrante.

Se trata de una pared de cinco ladrillos de grosor, con revoque marrón en uno de sus lados, varillas de hierro que la atraviesan horizontalmente y dos parlantes en la parte de atrás por donde se emiten sonidos, vibraciones y temblores que hacen que el revoque, poco a poco, se desprenda, se caiga y termine de dar forma a la obra.

Sorrentino, además, expone por estos días A 8’ 18’’ del sol en la Fundación Andreani de La Boca, en Buenos Aires. Allí, es otra instalación sonora la que se luce: esta vez son persianas que suben y bajan, y cada una a su tiempo, como en una danza coreográfica, filtran luz y componen nuevas formas. Hacia fin de año, planea hacer otra muestra en Galería Herlitzka.

Aunque nació en BarilocheAlejandro Arce no trabaja con nieve sino con arena. Al menos en esta Bienal, donde a pesar de estar en invierno, las temperaturas promedian los 30 grados. Por eso, el oso de anteojos u oso sudamericano que Arce, palada a palada, construyó con arena a metros de donde los escultores serruchan el mármol se lleva gran parte de las miradas de los visitantes. La obra, de nombre Jukumari, permanecerá hasta que al último granito de arena se lo lleve el viento.


Alejandro Arce en plena confección del oso anteojudo de arena. Bienal del Chaco 2022. Gentileza

Murmullos, la propuesta del fotógrafo Gerardo Suter, argentino pero radicado en México, es la de un gran contenedor de hormigón, cuya idea es la de transmitir -en su interior- lo que siente un migrante mexicano que busca salir de su país. Esa asfixia, esa oscuridad, esa soledad, es la sensación que Suter busca generar en los visitantes, al menos por algunos instantes, con el objetivo de “ponerse en los zapatos del otro”.

Esta instalación, una escultura sonora “transitable”, invita a ingresar al contenedor completamente a oscuras. Negro total. Y en esa oscuridad, en ese espacio reducido como un calabozo, se escuchan diferentes voces desde distintas direcciones. Son los trágicos relatos de los migrantes.


“Murmullos”, el contenedor de carga del argentino Gerardo Suter. Bienal del Chaco 2022. Gentileza

¿Bienal récord?

Luego de la edición suspendida de 2020 por la pandemia, este encuentro artístico, que comenzó el sábado 16 de julio, se extiende hasta el domingo 24 de julio. Este sábado 23, termina la competición entre los diez escultores y por la tarde se conocerán los primeros tres puestos. Todas las obras, de cualquier forma, serán emplazadas en distintos puntos de Resistencia, que con sus actuales 654 esculturas, es algo así como la capital mundial de las esculturas, por qué no.

Los organizadores vaticinan que será una Bienal récord. Si en 2018, promediaron 500 mil visitantes, ahora esperan superar ampliamente esa cifra, sobre todo, si se tiene en cuenta que se acercan entre 50 y 80 mil personas a diario, según el día y la propuesta. Este fin de semana, se proyecta gran cantidad de público. La entrada y las actividades son gratuitas.


Escultura de arena: durará lo que la erosión del viento permita. Bienal del Chaco 2022. Gentileza

 

La Bienal nació a fines de los ’80, en 1988, de la mano del escultor Fabriciano Gómez, fallecido hace menos de un año. Todo el evento le rinde tributo al escultor que con su idea dio vida a esta Bienal que ya lleva más de tres décadas. Las primeras se realizaron en la Plaza 25 de Mayo, la principal en la ciudad, actualmente y desde hace un tiempo vallada y en remodelación. En aquel entonces, no se esculpía sobre mármol como ahora, sino sobre madera, específicamente madera de Urunday, un árbol típico de la zona.