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Crónicas escultóricas de la Resistencia – Peripecias de Mediodía

Crónicas escultóricas de la Resistencia – Peripecias de Mediodía

Domingo de madrugada en Resistencia. Un automovilista ebrio, egoísta y soberbio (porque no piensa  en el prójimo) da vueltas a gran velocidad alrededor de la plaza 25 de mayo. En algún momento pierde el control definitivo y el auto va a chocar la escultura Mediodía de Nicolás San Luis.

¿Quién es “Mediodía”? Una mujer- escultura de escala humana, un desnudo apolíneo de pechos turgentes, de rostro impasible, ligeramente cómoda pero en una tensión de fuerza, un bronce que el tiempo le dio tez aceitunada.

 

El primer premio nacional de 1938, Mediodía, una escultura imprescindible de la ciudad.

 

La obra pertenece a  esa etapa “clásica” llamada fogonera, promovida a pedestal público por el Fogón de los Arrieros. Mediodía se radicó  en Resistencia en 1961.

Así como la FU, selecciona en las bienales s de escultura a prestigiosos escultores reconocidos en el mundo para que este Museo a cielo abierto esté constituido por un patrimonio de valor intachable, así en los días del Fogón de los Arrieros, muchas de las esculturas plantadas en el espacio público que hoy jerarquizan este museo al aire libre, eran primeros premios nacionales, obras de un alto valor que fundaron la hermosa obstinación de plantar esculturas en la calle.

Mediodía, lleva la firma de Nicolás Antonio San Luis, un barcelonés nacido en 1895.

A los 6 años  arriba  a San Luis en compañía de su abuelo, y se reúne con su padre que había venido tres años antes con el resto de la familia a la Argentina. (Es tal vez el momento de aclarar que su verdadero nombre era Nicolás Antonio Russo).

El gobierno de San Luis lo beca, se perfecciona en Europa. Inmediatamente después llegan la trascendencia y  los honores:  Concurrió al Salón de Otoño de Madrid en 1924, al Salón Internacional de Nueva York y de San Francisco (California), al Museo Riverside de Nueva York y al Museo de Bellas Artes de Virginia. Obtuvo el Primer Premio de Pintura en el Salón Nacional de Artes Decorativas en 1922, el Segundo Premio en el Salón Nacional en 1929 y diversos premios y menciones en los salones de Santa Fe, Rosario, Mar del Plata, del Litoral y el Primer Premio en el Salón Anual de Bellas Artes de Santa Fe en 1933 y el Premio Adquisición en la Exposición IV Centenario de Buenos Aires en 1935.

Si queremos reconocerlo en su maestría, no hay más que ver el  Monumento al General Las Heras en Rosario o el Monumento a Sarmiento en Mendoza.

Y también acá en Resistencia tenemos una obra extraordinaria de San Luis, no porque lo diga el que suscribe esto para quien es Mediodía su escultura favorita, sino que este bronce ubicado en la intersección de avenida Alberdi intersección Julio A. Roca y Juan B Justo, fue laureado con el Premio máximo de todo artista de la plástica:  Primer Premio de Escultura del Salón Nacional de Buenos Aires de 1938.

 

Retrato del barcelonés veinteañero nacionalizado, Nicolás San Luis.

 

Retomando el camino de esta crónica se ha de decir que ya se escondía la  luna menguante cuando Mediodía sufrió un impacto desconocido, el choque de un auto en loca carrera. Por ventura, no sufrió daño mayor.

Tan fuerte ella, tan amazona que aún caída en el piso no dejó de ser bella la belleza de su desnudo.

Y hablando de su desnudo  y haciendo el ejercicio de contextualización,  hay que destacar que cuando fue emplazada Mediodía no tenía la indiferencia libidinal que hoy produce un desnudo escultórico sino que era asaetada por una mirada moralista y crítica.

Pero también hay que decir que una de las grandes cuestiones, virtudes del arte, es que eleva a planos ideales el desnudo, sublima lo dionisíaco; la desnudez del sexo de Mediodía, no es provocativa.

(Aunque… bien sabemos que el bronce a la intemperie pierde su brillo y se recubre de una pátina oscura… Los senos y los pies de Mediodía siguen brillantes).

Lo cierto es que, es curioso ver como el inconsciente colectivo de la comunidad actuaba, respondía por entonces. Y viene a cuento una anécdota que contaba Fabriciano: que los muchachos, pícaros, con la complicidad de la noche le ponían corpiños a Mediodía y amanecía pudorosa y decente.

Esta anécdota, decanta una reflexión: década del 60, ya no es el prurito de una sociedad pacata como en los días del Indio de Crisanto (avenida 9 de Julio casi intersección avenidas Italia y España), el monumental desnudo de un indígena cuyos importantes atributos causaba escozor en la sociedad al punto de ser amputado por manos anónimas. No, la respuesta social de los ’60, de poner corpiños a Mediodía es casi tierna, simpática, un síntoma de la Resistencia tolerante.

Siguiendo la crónica, a minutos del suceso lastimoso, la policía avisó a la FU quien dio parte al departamento de Conservación de y mantenimiento de las Esculturas comandado por Ceferino Ferreyra  y ya un equipo la sacó del estado yacente y fue llevada al D.M.R.E. La secuencia fotográfica lo atestigua.

El parte indica que aparentemente no sufrió daños mayores  esta mujer que es parte constitutiva del paisaje resistenciano.

Tal vez –si hay que sacar lo bueno de lo malo- deba reverse su emplazamiento y el aire, la oxigenación que esta obra amerita; un primer premio nacional, de un consagrado  escultor  del pasado, encorsetada por un parterre angosto que no da permiso a su cercanía y contemplación…

Lector, coincidirías que, en el marco de la gran remodelación de la plaza 25 de mayo que en estos días transcurre ¿No sería, acaso, superador que Mediodía se traslade ahí nomás enfrente, antes que iniciando la avenida Alberdi vehicular, iniciando los cien metros que la avenida Alberdi tiene de plaza (numeración100-0), recibiendo al transeúnte  con el fondo verde del parque arbóreo?

Y para dar peso al argumento, recordemos que las esculturas de Resistencia, algunas veces “caminan”, se desplazan, buscan nuevos aires como ha sucedido con esculturas de la peatonal.

O, ¿No consideras al menos, que su pedestal  -que sí fue destruido por el choque- debiera ser más importante, de material más noble,  para jerarquizar un Primer Premio en Escultura en el Salón Nacional de 1938? Os dejo en reflexión.

De todas maneras, lo importante es que no sufrió aparentemente daños de gravedad, tuvo buena suerte nuestra amazona.

Mediodía: volverás muy pronto con nosotros y hasta ese día…Te extrañamos

 

MARCELO NIETO