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Talento y creatividad para dar impulso a la región

Talento y creatividad para dar impulso a la región

En un mundo en el que el conocimiento y la creatividad son generadores de riqueza, es necesario que en el Chaco y la región se promueva el talento de las nuevas generaciones. Según la Unesco, antes de la pandemia las industrias culturales y creativas generaban 29,5 millones de puestos de trabajo en el mundo. De ahí que se considere que son claves para el desarrollo económico y social de las comunidades.

Una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulada “Economía naranja: Innovaciones que no sabías que eran de América Latina y el Caribe”, cuya lectura se recomienda a los interesados en este tema, señala ocho sectores principales de las industrias culturales y creativas: arquitectura, artesanía, diseño, medios, moda, música, servicios creativos y software/plataformas digitales.

Todas, sin excepción, son actividades que están presentes en la provincia a través del trabajo de emprendedores que han logrado, a fuerza de mucho sacrificio personal, sostener sus iniciativas contra viento y marea.

El BID define la Economía Naranja como el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales. De esta manera, señalan desde la entidad, la creatividad, la innovación y la cultura, pueden ser componentes de un gran ecosistema del que forman parte los creadores, los gestores culturales, las organizaciones no gubernamentales, las empresas privadas y los gobiernos, y que representa un importante propulsor económico y social para cualquier país.

En nuestra región uno de los mejores casos que se pueden citar, a modo de ejemplo, es el trabajo de la Fundación Urunday con la organización de las Bienales de Esculturas y su vinculación con otros sectores e instituciones (de esa articulación surgió la Diplomatura Universitaria en Conservación y Restauración de la Universidad Nacional del Nordeste) que dan impulso al desarrollo de nuestras industrias culturales, creativas y de innovación, aprovechando el valioso patrimonio cultural y artístico local.

La publicación a la que se hace referencia más arriba, sostiene que la creatividad seguirá siendo la principal protagonista para afrontar los cambios en la manera de producir y trabajar.

Señala, por otra parte, que la mayoría de los emprendimientos emergentes de América Latina y el Caribe persiguen, aunque sean poco conocidos, generar un alto impacto social y económico innovando en sectores tradicionales como la salud, educación y transporte.

“La innovación multidisciplinaria ha existido siempre. Sin embargo, el acceso a la información y la revolución digital ha acelerado y multiplicado la participación de las industrias creativas en el desarrollo de productos, servicios y experiencias más sofisticadas en sectores productivos tradicionales como salud, infraestructura, educación, finanzas, entre otros”, observa la publicación que tiene como autores a los especialistas en estas temáticas, Alejandra Luzardo, Dyanis De Jesús y Michelle Pérez, y que ofrece, entre otros ejemplos, el Proyecto Pietá, una marca de ropa urbana con una apuesta al diseño contemporáneo, que nació en las cárceles de Lima, Perú.

Este emprendimiento, explican los especialistas del BID, busca romper con la corriente dominante en el mundo de la moda, poniendo a los reclusos como protagonistas de cada prenda que sale al mercado.

Y destacan que además de hacer visibles sus nombres y rostros a la sociedad, les brinda la posibilidad de transformar su condena en una oportunidad de aprendizaje, originar ingresos y reducir su pena.

La Unesco también asigna gran importancia a las industrias culturales y creativas, y recuerda que a nivel global los ingresos de estas actividades (entre las que enumera la arquitectura, las artes escénicas, las artes visuales, el cine, la literatura, la música, los diarios y revistas, la publicidad, la radio, televisión y videojuegos) superan a los de los servicios de telecomunicaciones y suponen más puestos de trabajo que los de la industria automovilística de Europa, Japón y los Estados Unidos en su conjunto.

Para el BID, Latinoamérica y el Caribe es una región creativa llena de talento e imaginación.

“Incluso nos aventuramos a decir que estos son sus activos más valiosos”, plantean los expertos de la entidad, para destacar luego que -y en esto hay que estar de acuerdo- las industrias creativas y culturales de nuestros países deben ser capaces de competir en los mercados globales, generar empleos, resaltar el patrimonio y la identidad cultural de sus pueblos y mejorar la calidad de vida de su gente.

 

Fuente: https://www.diarionorte.com/202857-talento-y-creatividad-para-dar-impulso-a-la-region